lunes, 13 de octubre de 2008

LA VIDA DE LA MÚSICA KLEZMER




La música klezmer es un estilo de música judía que nació en el Este de Europa en la época medieval. El significado de la palabra "klezmer" deriva de los vocablos hebreos "kley" (recipiente) y "zimmer" (canción), que se traduciría como recipiente de canciones o "el ser humano es un portador de canciones". El término era utilizado en yiddish para referirse al músico que interpretaba la música. Actualmente se utiliza para denotar el estilo musical. En la música klezmer los instrumentos se tornan cualitativamente espirituales con características humanas como la risa y el llanto.



La música klezmer se originó en el habla yiddish de la cultura judía en el Este de Europa. La música era generalmente interpretada por un grupo de tres a seis músicos. Los músicos o "klezmorim" viajaban de pueblo en pueblo tocando en bodas, festivales de Purim, y ferias. Los instrumentos habituales eran el violín, el clarinete, flauta, violonchelo y batería. Las leyes solían limitar el tamano del grupo y las horas a las que podían actuar. El violín o "fiddle" era el instrumento más popular porque algunas localidades habían prohibido los instrumentos agudos como el clarinete, la trompeta o la batería. La música era secular, informal, y mayormente improvisada, ya que los klezmorim raramente tenían estudios musicales y no sabían leer música.


La afición al klezmer se transmitía de padres a hijos. Los klezmorim generalemente carecían de auténticas raíces, pues viajaban de shtetl en shtetl buscando trabajo. De hecho, la etiqueta "klezmer" era considerada algo negativo, con referencias a alguien que carecía de educación musical y un estilo de vida envidiable.


A pesar de su inestable reputación, la música klezmer era muy importante en la vida judía de la Europa del Este. Los instrumentos musicales no estaban autorizados en la sinagoga tras la destrucción del Segundo Templo en el ano 70 de la Era Común. La música klezmer proporcionaba mucho júbilo en las bodas y festivales. De hecho, existe un refrán de la Europa del Este que dice que "una boda sin un klezmer era peor que un funeral sin lágrimas".


La importancia del klezmer para la vida del shtetl se refleja en las manifestaciones artísticas a partir de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Sholom Aleichem hace referencia al papel del klezmer en muchos de sus relatos. Seguro que recuerdan el importante papel del fiddler en "Violinista en el tejado", adaptación de los relatos de Shalom Aleichem sobre Tevye el Lechero.


También encontramos el klezmer en varios de los cuadros de Marc Chagall, como "El violinista" o "Novia con rostro azul".


A finales del siglo XIX y comienzos del XX los judíos abandonaron Europa del Este debido a los pogromos. Muchos se trasladaron a los EEUU, y por tanto el klezmer viajó con ellos. Desafortunadamente, los hijos de los judíos que se desplazaron a los EEUU no estaban demasiado interesados en la música del viejo hogar de sus padres, y se interesaron más por la música popular americana. La destrucción de la vida judía en Europa durante la Segunda Guerra Mundial puso fin a la cultura del klezmer en Europa. Aunque la música klezmer pervivió en la memoria.


Por suerte, en los anos setenta algunos jóvenes músicos comenzaron a investigar las tradiciones de la música klezmer. Una banda llamada The Klezmorim se formó en California, y comenzaron a tocar música klezmer a lo largo de los EEUU y Europa. El interés por el klezmer resucitó. Se hicieron grandes esfuerzos para recuperar el auténtico estilo de la música klezmer de la vieja Europa, a partir de documentos escritos y algunas grabaciones de comienzos del siglo XX.


Actualmente podemos meternos en internet y encontrar páginas web que proporcionan inmensas listas de bandas klezmer, partituras, y CDs. Las tradiciones del klezmer de la vida del shtetl judío ya no están, por supuesto, entre nosotros, pero al menos la música pervive.


Camille Hutt, Mayo 2002








1 comentario:

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Hay un trío en Valladolid que hace música klezmer con distintas aportaciones.
Saludos,
Diego